Cuando uno está leyendo un libro como éste, y echas una vista a lo que tienes entre manos, todo te parece vacío, insulso. Y cualquier intento de escribir parece una temeridad, una desvergüenza.

Me parece un libro majestuoso, con una estructura original, dificilísima de componer, o al menos así me lo parece. Con una lectura complicada, sobre todo al principio, hasta que se asimila el ritmo de la narración, Vargas Llosa enlaza varias historias con las que trata de reflejar los efectos que en la vida cotidiana, en los diferentes órdenes, produce el hecho de vivir bajo una dictadura. Con la dictadura del General Odría en el Perú de los años cincuenta como fondo, el peruano compone una novela magnífica de la que poco más puedo decir sin caer en el empalago. La manera de presentar los personajes es excepcional, la construcción de los mismos no puede ser más real, más natural, más precisa. Los episodios se suceden de forma desordenada para conformar un orden global, con unos diálogos tan bien traídos, con unas historias tan bien hiladas.

Un libro para siempre.