Vivimos en un retraso permanente, el de los libros que tenemos por leer, el de los libros que he leído y de los que quiero hablar para que el paso del tiempo no entierre el recuerdo del momento en que los leí; el retraso provoca el desorden, ya no sé cuál está antes y cuál después. Uno va estudiando, haciendo, viviendo, y arrastra la mochila del retraso, de la contricción del tiempo, que empieza a amenazarnos desde su poder implacable, pronto será demasiado tarde, puede que ya esté empezando a serlo. Too late.

Así se titula el libro de @marioaznar, mi profesor de Tendencias Literarias Contemporáneas en la UNIR. Cómo resistirse a leer una novela que recién publica tu profesor. La leí durante la gripe navideña y fue una agradable sorpresa, esperaba otra cosa, una novela más convencional, ¿por qué esperaba otra cosa? tal vez el término novela esté demasiado manoseado, demasiado encasillado y nos genera pensamientos dirigidos. El caso es que es un libro diferente, exigente, que se encuadra dentro del espectro de la ficción crítica, pero que no se limita a eso, es un interesante ejercicio literario que entiendo que tal vez no tenga una gran aceptación entre el gran público, pero sí entre quienes aman a la literatura.

A través de una conversación con Vila-Matas, en un contexto futurista, ingrávido, donde la lluvia parece hacerlo todo más difuso, líquido, indefinible, el libro está plagado de caminos que se abren, de referencias, de focos sobre perspectivas que no son habituales. El lector que todo lo modifica, la metáfora del tipo en la mesa de al lado que nos distrae y por su puesto altera la obra, la escribe, en cierta forma la reescribe. Lo he pasado bien leyéndolo, me ha entreabierto nuevas puertas, me ha hecho hacerme algunas preguntas. La recomiendo a todos aquellos a quienes os interese la metaliteratura, el porqué y el cómo de la creación. Lo van a disfrutar.