Siempre he presumido de ser un tipo con suerte. En realidad esto de la suerte es un concepto un tanto relativo y tiene un punto de veleidad, en mi caso no negaré que puede que hubiese incluso una suerte de pose. Pero sí, en algunas ocasiones sentí que estuve en el momento adecuado en el lugar adecuado, aunque, ¿quién puede saber eso realmente si no hemos podido comprobar a dónde nos llevaba el camino que no tomamos? Hay veces que la vida te dirige, que uno cree tomar la dirección correcta cuando se presenta la disyuntiva y, con el paso del tiempo, cuando no podemos explicarnos, decimos que tuvimos suerte. Tal vez sea también una manera de simular una falsa modestia, pero yo quiero seguir pensando que sí, que he sido un tipo con suerte, y que voy a seguir siéndolo.

El título del libro no nos sirve para aventurar la historia. Tiene un comienzo muy ‘austeriano’ que me enganchó a su lectura. Hubo un tiempo en el que yo jugué a escribir mi propia novela así, incluso a vivir mi vida así, diciendo adiós, haciendo lo inesperado, desapareciendo. La novela no sostuvo el nivel del comienzo pero me hizo pasar un rato agradable, recordar mis ínfulas de escritor que jugaba a construir historias desde la vida, a vivir en la ficción, a ficcionar la realidad.