Isa me trajo este libro de regalo de su viaje a Madrid, un libro del que tenía muy buen recuerdo, cuya lectura le había impactado en cierta forma. Con esa curiosidad habría bastado, pero se añadía el ferviente deseo que uno siempre tiene de probar escritores nuevos, sobre todo cuando han sido premios Nobel de literatura. 

Lo cierto es que no puedo hacer un balance muy positivo de la lectura, principalmente porque comenzó bien, intrigante, pero terminó derivando en una suerte de esperpento increíble. Una de esas historias que se desplazan hacia un lugar insospechado y bastante surrealista. Tal vez se me escapó algo, pero la sensación final que me quedó de esta lectura fue bastante decepcionante.