Me atraen los libros que tienen títulos sugerentes. Éste además venía precedido por una inmensa fama, uno de esos fenómenos literarios del año (no sé de cuál). El caso es que lo compré en Círculo y se quedó por ahí olvidado en alguna estantería de casa. Lo rescaté para el viaje a Madrid y la sensación que me ha dejado es inmejorable.

Es un libro de una escritura clara, concisa, en el que ocurren cosas en cada página. Todas naturales, cotidianas, con las que podemos familiarizarnos con sencillez. Una novela que muestra la trascendencia de los hechos a través de lo cotidiano, que enseña las diferentes aristas de la tristeza, de la soledad, y de la resignación. Y lo hace sin artificios, a través de una historia sin pausa, que fluye capítulo a capítulo dejándonos expectantes, con la avidez propia del que no puede parar de leer.

Es la primera novela de un doctor cum laude en Física Nuclear del año 82…Por el amor de Dios, que talento hay que tener.

Sin duda, una lectura recomendable.