Nunca me ha atraido especialmente la novela negra y tal vez no hubiera leído nunca este libro de no formar parte de los cuatro magníficos (El viejo y el mar, la muerte de Ivan Ilich y La Metamorfosis) que había que leer para un mejor aprovechamiento del curso de Juan Madrid. Es una novela mucho más compleja de lo que en un principio pueda parecer. Hammet huye del narrador omnisciente y nos presenta los personajes exclusivamente a través de sus actos con una elegancia suprema. La novela es tremendamente cinematográfica. Por momentos pudiera parecer que leemos un guión. Descripciones concisas, concretas. Llena de diálogos que nos conducen por una trama con final oculto, como cualquier novela negra que se precie. Una lectura entretenida.