La primera vez que leí este libro fue en Irlanda, año 2003. Allí, después de la lectura de ésta su única novela, devoré todo el teatro de Wilde y pasó a ser uno de mis autores más venerados.

Ahora, gracias al club de lectura, he vuelto a mirar hacia esta novela de Wilde que me ha dejado otras sensaciones muy distintas. Sin dejar de parecerme una obra maravillosa, sí que he visto de una forma más clara que Wilde era sobre todo un autor de teatro y se ve también en esta novela. Diálogos larguísimos y perfectamente bien estructurados, algo tan difícil. Interesante como compone sus personajes a través de los diálogos, que los van retratando psicológicamente. Me gusta las reflexiones veladas que el libro te posibilita, ¿qué ocurriría con el mundo si no existieran las consecuencias?, esa crítica a una sociedad que vive de puertas para afuera, la filosofía del arte, esa estética decadente que de todo el libro emana.