Ángel González siempre es regresar. Recoger un libro nuevo, o un libro antiguo y sumergirte en sus versos. Mil veces leídos. Tantas veces repetidos, pero siempre nuevos, siempre diferentes, siempre geniales. Esa escritura que te acaricia y al voltear la página te sacude, para mí leer a Ángel es imaginarlo en el rincón de la alcoba, recitando sus versos con ese humor serio del norte, con la ceniza consumiéndole en el cigarro cual equilibrista. Esta recopilación de poemas es una más, en la que encontré algunos inéditos, una obra más imprescindible, como todas, como cada una de las que iré recuperando y leyendo, releyendo. Ángel González es la poesía de mi vida.