Crónica y mirada, VV.AA

By on junio 12, 2021, in Reseñas

Creo que era Graham Green quien decía que su fórmula para ser escritor había sido disciplinarse en escribir 500 palabras al día. Todos los días, también los de resaca, los de viaje, los de fiesta. Los días en que no tienes nada sobre lo que escribir, los días en los que el folio en blanco es un espejo cruel. Quinientas palabras, que viene a ser folio y medio. Ni una más. Cuenta que había días que tenía ganas de seguir escribiendo, pero al llegar a las quinientas se detenía y se dedicaba a vivir.

Leyendo este libro he descubierto a periodistas a los que me gusta leer, he conocido trabajos de aquellos que ya me gustaban, y, como siempre, he anhelado las vidas que no viviré, los reportajes que no escribiré, los personajes que no conoceré. Un libro que es una guía para todos aquellos que amamos el periodismo bajo el paraguas del ‘nuevo’ de los años setenta. Una bifurcación constante de caminos, una mirada a lo que se renueva sobre lo nuevo.

500 palabras al día son 548 páginas al año. Descartando la mitad de páginas, por malas, te queda una novela aseada. Ahí radica el éxito de quien quiere de verdad ser escritor. Y es algo que sucede en todos los ámbitos de la vida. Todo requiere constancia, la regularidad del gregario. Pero la escritura, bajo el glamuroso halo de un falso talento nos engaña a muchos, pues no hay talento ni arte, ni glamour, si no eres capaz de sentar el culo y escribir quinientas malditas palabras al día.

A lo mejor lo intento el uno de julio.

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