Podría parecer un error (o no) de estrategia venir a este libro a buscar cuentos para contar a los niños a la hora de ir a dormir. La sociedad ha debido cambiar mucho, nos hemos vuelto demasiado melindres porque ahora sólo buscamos cuentos que trabajen las emociones, que respeten la igualdad de género, que potencien roles, que no tengan violencia, ni nada que pueda destruir esta infame burbuja que construimos para hacer crecer a nuestros hijos en ella. Sepan que somos los descendientes de niños a los que los genios de la literatura como #Tolstoi les escribían cuentos de soldados secuestrados, de cazas de osos heridos, de perros que mueren combatiendo a lobos solitarios … y muchas cosas más. Podemos seguir tocando las teclas de las emociones con las manitas envueltas en asépticos guantes de goma, pero a mí denme Tolstois y Grimms y Tintines. Y que sea lo que Dios quiera.