Como amante del periodismo que soy, éste es un libro fascinante. Me encanta adentrarme en las redacciones de los grandes medios, a las que ya solo puedo acceder por experiencia diferida. Por eso es una de mis temáticas favoritas en el cine, en las series, en la biografía, la novela y cómo no, en relatos como este basados en hechos reales y recientes. Con todas las cautelas que uno ha de poner al relato de un director despechado, la experiencia de David Jiménez al frente del diario El Mundo es reveladora por muchas e interesantes razones.

El reportero que llegó a director habla del estado de la prensa y la política actual, de cómo lo digital devora lo tradicional ante la impaciencia de los nativos y la complacencia de los dinosaurios que siguen esperando ingenuos que «termine la moda de Internet». Pero el relato de este director al frente de uno de los periódicos más importantes del país es sobre todo revelador respecto a los juegos de poder que manejan el país. Fascinante y casi sorprendente, si es que acaso uno puede ya sorprenderse de algo a este respecto.