El hondero entusiasta, Pablo Neruda

By on diciembre 23, 2006, in Reseñas
Sigo con mi particular romance con la poesía del chileno. Sin embargo, haciendo balance, me doy cuenta que este año he leído poquísimo Neruda para lo que debería. De este poemario, éste es mi favorito:

Déjame sueltas las manos

Déjame sueltas las manos
y el corazón, déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión —sangre, fuego, besos—
me incendia a llamaradas trémulas.
Ay, tú no sabes lo que es esto!

Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
Es el incendio!
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!

Déjame libre las manos
y el corazón, déjame libre!
Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste—
como yo para contenerte,
y desearte,
y recibirte!

1
  • Daniellha

    Me encanta el poema, tenemos los mismos gustos…
    Besos amor.

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