Nunca agradeceré suficientemente a Pérez Reverte la creación de Alatriste. Podremos absurdamente criticar el rigor histórico, incluso en esta ocasión podría criticar asuntos estructurales de la trama, que tal vez no sea la mejor, pero don Diego Alatriste y Tenorio, a estas alturas de la película, ya está por encima de todas esas cosas. Alatriste es mi héroe vivo. El héroe del que podré seguir leyendo aventuras y remontarme a cuando era un niño y todo eran rechinar de espadas y unos para todos y mosqueteros del rey como sueños de infancia. Siempre voy a esperar a Alatriste como quien espera la noche de los Reyes Magos. Los libros del capitán son como pequeñas conversaciones conmigo mismo, con el yo que quedó en el camino, aunque siempre esté, treinta años atrás. ¡Larga vida al Capitán!