A través de Jacinto Antón conocí a Thesigher, Leigh Fermor y toda esta pléyade de autores que conforman los grandes exploradores del siglo XX. Ciertamente voy poco a poco descubriéndolos, me gusta esta literatura de viajes tan poco convencional ahora (como literatura y como viaje) aunque tenga que decir que este libro, sobre el que había fundado grandes expectativas, me ha decepcionado un poco.

El autor relaja su viaje iniciático, de Londres a Estambul, cruzando esa Europa que empieza a estar atravesada por el nazismo, un viaje desposeído de todo, que me resultó fascinante al principio pero que terminó conformando un relato un tanto pesado para mí. Tal vez haya sido el momento, pues es uno de los libros de referencia del género, pero lo cierto es que lo acabé con alivio.