Este libro al parecer ha tenido cierta fama. Yo llegué a él porque me lo recomendó, aunque no con mucho entusiasmo, mi tocayo del Atleti y después, cosas del azar, me lo regaló victoria. Lo cierto es que me gustó el arranque donde el «conflicto» está muy bien planteado, con un lenguaje muy preciso, muy determinado. Tal vez demasiado enrevesado pero que consigue lo que yo intuyo que pretende, que es crear esa atmósfera bucólica y atemporal. Digamos que me gustaron más las 80 primeras páginas que el resto de la novela. A partir de ahí, la novela me pareció muy lenta y muy predecible. Apuntados los motivos de la huida, empezaron los maniqueísmos y sinceramente, el libro avanza y concluye sin pena ni gloria. Valoro que es la primera novela de este hombre, eso tiene su mérito, porque reconozco que está bien escrita, que hace un uso amplio de la lengua al que tal vez no estamos demasiado acostumbrados en la novela contemporánea.