De vez en cuando vengo a parar en ideas de este tipo. Me reconozco bastante contradictorio y tengo fases en las que lo que me gusta es retirarme del mundanal ruido y pasarme la vida leyendo y escribiendo, y no pensar en nada más y me convenzo de que la felicidad está en eso, el éxito está en eso, pero en cambio, hay otras en las que ese espíritu emprendedor que también me acompaña toma el mando y bullen algunas ideas y a uno le gustaría estar montando negocios nuevos, negocios que al fin y al cabo te permitan un día dejarlo todo y retirarte del mundanal ruido y pasarte la vida leyendo y escribiendo, sin pensar en nada más.

Este chico encontró ese negocio, que fue escribir este libro, es curioso, escribo un libro explicando a la gente qué es lo que tiene que hacer para conseguir lo que yo voy a conseguir con la venta de este libro. El libro está bien, no diré que es un timo, me sorprende que, como parece ser, haya cambiado tan rotundamente la vida de tantas personas, no sé si eso será un poco de marketing más que otra cosa, porque no me parece que revele nada ni que muestre nada como para cambiar una vida, pero sí es cierto que si se lee con la predisposición adecuada puede ofrecer algunas claves que resultan interesantes, no ya para montar un negocio millonario o para construir de verdad una semana laboral de cuatro horas, sino para mejorar muchos aspectos de la vida cotidiana. Me sirvió como trampolín para llegar a otros por la vida del «yo emprendedor» y tiene una lectura amena y de la que se pueden rescatar conceptos interesantes.