¿Puedes recordar cuándo fue la última vez que alguien o algo te sorprendió? En la respuesta a esa pregunta se pueden analizar muchas claves de la vida. A veces disfrazamos de confort la falta de sorpresa porque no todas las sorpresas son agradables. Claro que no, ese miedo a lo desconocido nos ata de alguna manera a la rutina y llega un momento en el que preferimos que no pase nada extraño, que la vida sea tranquila.⠀
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Pero a veces necesitamos algo o alguien que nos haga parar y mirar alrededor. Algo o alguien que nos haga pensar un poco, salir de la rueda, asomar al menos la cabeza por la ventana de este mundo que no se detiene. Sentir que las cosas no siempre son ni van a ser como las esperamos, como las tenemos maldita y aburridamente planificadas. Esa sensación nos beneficia aunque nos duela, aunque no queramos reconocerlo, aunque lo disimulemos bajo esta colección de disfraces cotidianos.⠀
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Este libro ha sido una sorpresa, no sabría decir si me ha enamorado o me ha molestado, si de veras me ha gustado o no. De verdad no sabría si recomendarlo, uno de esos francamente difíciles de recomendar. Pero una cosa es segura: esta novela me ha sorprendido. Me ha hecho querer saber sobre quien la escribe, me ha hecho reír a veces, y sentir muy incómodo otras, y sobre todo me ha hecho detenerme un poco y pensar en la cantidad de mundos que nos rodean y que desconocemos, la mayoría de las veces porque simplemente no queremos saber, no queremos mirar. ⠀