Yo soy un enamorado de los libros, también desde el punto de vista fetichista, no hablo solo de lectura, hablo del objeto. Me gusta tener libros, me gusta que mi biblioteca crezca y que los libros salgan de ella por falta de espacio, me encanta ver libros encima de la mesita de noche, al lado del televisor, en la cocina, desparramados por el sofá.

Me gusta el libro como objeto de coleccionista, me gusta comprar, me gusta ojear, me gustan las librerías, que me proporcionan a la vez un sentimiento de paz y de angustia. Me gustan también los libros sobre libros, que no suelen ser tan abundantes como deberían. En este texto de Gabriel Zaid encontré una lectura reconfortante, un lugar en el que sentirse identificado. Una lectura que reflexiona sobre el papel de los libros en la actualidad, mirando atrás, tratando de establecer paralelismos con lo que hubiera representado en otra época. Un libro con un toque de crítica, de reflexión, también de humor. En definitiva, un libro sobre libros que ocupará un lugar perdido en mi biblioteca y que, sin saberlo, de alguna manera, estará ordenando el desorden que la invade.