Los lunes, poesía, Juan Carlos Sierra

By on marzo 26, 2009, in Reseñas

Con este libro me encontré por casualidad cuando buscaba poemas nuevos de poetas viejos para la lectura de Cosmopoética 2009. Juan Carlos Sierra es un profesor de insitituto, que -modificando la primigenia idea de Luis García Montero- decidió comenzar la semana en sus clases de literatura con la lectura de un poema. 

Así, durante varios años, Juan Carlos, cada lunes, empezaba la rutina semanal con la lectura de un poema y el debate posterior sobre él. Con este libro, él trató de recopilar los poemas que por uno u otro motivo causaron más impacto en los adolescentes.
En mi opinión, el libro es el broche a lo que me parece una magnífica idea y una forma estupenda de hacer que la literatura sea para los chavales lo que realmente debería ser y no esa obligación tediosa de la que no pueden prescindir.
Además, en la lectura de este libro tuve la  inmensa fortuna de encontrarme con un poema maravilloso de un autor hasta entonces para mí desconocido. Se llamaba Échale a él la culpa, de Vicente Gallego, y dice así:
Hoy te has ido de fiesta con amigas,
y sin que tú lo sepas me regalas
un tiempo de estar solo que ya empieza
a ser raro en mi vida, un tiempo útil
para intentar pensar en ti como si fueras
lo que siempre debiste seguir siendo
cuando pensaba en ti: aquella persona,
en todo semejante a cualquier otra,
que una noche lejana tuvo el gesto
generoso y extraño de entregarme su amor.
Pero el amor nos cambia, nos convierte en espías
ridículos del otro, en implacables jueces
que condenan sin pruebas y comparten
sus estúpidas penas con el reo.
El amor nos confunde y trata ahora
de que vea en tu fiesta una traición.
Por huir de esa trampa me amenazo
con los nombres que cuadran al que cae en su vacío:
egoísta, ridículo, inseguro, celoso…
Y como un ejercicio de humildad pienso en ti
divirtiéndote sola: te imagino bailando
y mirando a otros hombres;
al calor del alcohol
confiesas a una amiga algunas cosas
que te irritan de mi sin que yo lo sospeche,
y por unos instantes saboreas
una vida distinta que esta noche te tienta
porque eres humana, aunque no me haga gracia.
Ahora caigo en la cuenta de que dudas
como yo dudo a veces, y que también te aburres,
y que incluso algún día habrás soñado
follar como una loca con el tipo que anuncia
la colonia de moda.
Para calmarme un poco
tras la última idea, yo me digo
que el amor es un juego donde cuentan
mucho más los faroles que las cartas,
y procuro ponerme razonable,
pensar que es más hermoso que me quieras
porque existen las fiestas, y las dudas,
y los cuerpos de anuncio de colonia.
Lo que quiero que sepas es que entiendo
mejor de lo que piensas ciertas cosas,
que soy tu semejante, que he pensado besarte
cuando llegues a casa; y que es el amor
-ese tipo grotesco y marrullero-
el que va a hacerte daño con palabras
absurdas de reproche cuando vuelvas,
porque ya estás tardando, mala puta.
Vicente Gallego, La plata de los días

 
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