Últimamente me gusta llegar a los libros con la inocencia intacta. Sin saber de qué trata o qué van a contarme. Así empecé libro de Marías y me he llevado una sorpresa en bastantes sentidos.

Es una novela bastante poco al uso, y parte de la controversia que generó la publicación de su otra novela Todas las almas, cuyo narrador era un profesor de español de Oxford y versaba acerca de cerrado mundo de la docencia oxoniense. Javier Marías también fue profesor en Oxford y tras la publicación del libro todo el mundo tachó a la novela como una especie de Roman à clef.

Bueno, aclarando conceptos acerca de esa controversia que el autor hace muy divertida, el narrador, que en esta ocasión -tal vez un poco irónicamente- sí que es el propio Javier Marías, hace una mezcolanza de lo más variopinto entre la ficción y la realidad. Apareciendo personajes que se mueven en esa difusa línea que delimita siempre lo real de lo inventado o imaginado, se pueden asistir a escenas curiosas y memorables, incluso autobiográficas.

Como colofón, Marías hace una breve explicación de su proclamación como rey de Redonda. Muy interesante. El reino y la novela.