Ya el título era un mal barrunto. Seamos sinceros: todos mis futuros son contigo, ¿pero dónde vas con eso a estas alturas alma de cántaro? Mira que no suelo regalar libros que no haya leído. Nunca. Never. Pero se ve que a veces uno anda ahíto de recomendaciones y sensiblero y tira por la calle de en medio. Muy de último minuto tendría que ser la cosa para haber caído en esto.

La cuestión es que el karma, la vida, siempre trae las cosas de vuelta. Un día, no recuerdo por qué, mi querida esposa @isa_en_avena lo trae ojeando por el pasillo y me recuerda que fue mi regalo y que «tiene cosas chulas» y claro, ya uno se ve en la obligación de leerlo, aunque solo sea por resarcirse de aquello de no regalar nunca cosas que no hayas leído.

La cuestión es que a mí me cuesta mucho hablar mal de los libros, incluso aunque no me gusten nada, como es el caso, siempre trato de encontrar el lado bueno, porque reconozco por encima de todas las cosas la valía del escritor. El mérito de quien se sienta y escribe, produce, crea, y además tiene la valentía de llevarlo a que lo lean y a alguien le parece bueno, y lo publican, y entonces a mucha gente le parece bueno, y tiene éxito, y vende muchos libros. Cuántos adolescentes habrán sentido su vida pender de uno de estos versos. Cuántos habrán utilizado ese espíritu, cuántos habrán pensado que eran ellos los que allí aparecían. Cómo voy a criticar un libro así, con qué argumentos, con qué caradura moral. Si hasta mi mujer me dijo «tiene cosas chulas». El peor libro es el que no se lee. Ese sí que no enseña nada.