Soy un procrastinador de manual. Y así, a la espera de que un día por fin pueda acometer las grandes biografías de Zweig, voy picoteando en estas novelitas suyas, que más que novelas son relatos largos, donde puedo recordar cuánto me gusta, cuán enamorado quedé de su literatura desde que leyera «El mundo de ayer»

Son tantos los hilos que tengo abiertos en cuanto a la lectura que estoy empezando a pensar que no son sino un manojo de excusas para poder justificarlo todo. ¿Por qué no leo ya las grandes biografías de Zweig? En teoría es porque quiero hacerlo cuando disponga de todo el tiempo del mundo, para saborearlas mejor, y porque este año querría leer algunos diarios, y también profundizar más en los grandes nombres del nuevo periodismo. Ah, y también quiero leer sobre cine, sobre guion, y tengo que leer obligatoriamente sobre las asignaturas del grado.

Esa es la teoría, la práctica es el ejercicio permanente de la procrastinación porque yo mejor que nadie sé que la lectura, como la vida, es ahora, no mañana. Un momento en el que disponga de todo el tiempo del mundo, además de una pésima metáfora, podría ser un buen título para un mal artículo pero desde luego no tiene nada que ver con la vida real.

En resumen, lean a Zweig: El mundo de ayer, los momentos estelares de la humanidad, sus grandes biografías o estos relatitos cortos que se leen en un suspiro. Es literatura de alta calidad.